Recital 134
Además de las soluciones técnicas empleadas por los proveedores del sistema de IA, los usuarios que utilicen un sistema de IA para generar o manipular contenidos de imagen, audio o vídeo que se parezcan de forma apreciable a personas, objetos, lugares, entidades o acontecimientos existentes y que a una persona le parezcan falsamente auténticos o veraces (deep fakes), también deberán revelar de forma clara y distinguible que el contenido ha sido creado o manipulado artificialmente etiquetando el resultado de la IA en consecuencia y revelando su origen artificial. El cumplimiento de esta obligación de transparencia no debe interpretarse en el sentido de que el uso del sistema de IA o de sus resultados impide el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad de las artes y las ciencias garantizados en la Carta, en particular cuando el contenido forma parte de una obra o programa evidentemente creativo, satírico, artístico, ficticio o análogo, sin perjuicio de las salvaguardias adecuadas de los derechos y libertades de terceros. En estos casos, la obligación de transparencia para las falsificaciones profundas establecida en el presente Reglamento se limita a la divulgación de la existencia de dichos contenidos generados o manipulados de una manera adecuada que no obstaculice la exhibición o disfrute de la obra, incluida su explotación y uso normales, manteniendo al mismo tiempo la utilidad y calidad de la obra. Además, también procede prever una obligación de divulgación similar en relación con el texto generado o manipulado mediante IA en la medida en que se publique con el fin de informar al público sobre asuntos de interés público, a menos que el contenido generado mediante IA haya sido sometido a un proceso de revisión humana o control editorial y una persona física o jurídica ostente la responsabilidad editorial de la publicación del contenido.